<<(...) huyendo de lo fácil, acogiéndome a lo que nadie entendía. Cinco años en los que viví convencida de dos cosas. La primera, que él era el único hombre al que yo podría querer en la vida. La segunda, que acabaríamos juntos.
Hasta el día que me enamoré de otra persona.
La obsesión no desaparecíó, sólo el nombre que le puse.>> L.E.
La obsesión, ese pensamiento o sentimiento en desacuerdo con el pensamiento consciente de la persona persiste más allá de los esfuerzos por librarse de él. Y es que afirmo que la obsesión forma parte de la naturaleza del ser humano. Aunque muchos se crean exentos de ella, lo cierto es que tooooodo el mundo tiene una obsesión en su vida. Por muy insignificante que sea, tanto que ni siquiera se la condidere una obsesión. Pero si nos ponemos a autoanalizarnos encontraremos un pensamiento que se nos venga a la mente más de dos veces al día. Seguro. Aunque a veces más, por desgracia. Y creo que la obsesión únicamente desaparece cuando aparece otra. No hay más. La obsesión es como una adicción, que asalta la mente y que te perturba anímicamente. Odias que exista ese pensamiento, pero no sabes por qué no paras de cordarte de él. Adicción, sí...también podemos llamarla así.
Pero ¿somos conscientes de qué o quien nos crea esa dependencia? Sabemos que la socialización, las relaciones en sí, traen como consecuencia la obsesión o la adición en sus distintos grados (a veces buenos...a veces malos...), y quien lo niegue o no lo sepa...para mí, no ha amado. Pero abordemos esta idea desde otra perspectiva. Hablemos del consumismo (que no del mineralismo como decía Francisco Arrabal)! Verdaderamente ¿Somos concientes hasta qué punto el consumismo puede convertirse en una conducta adictiva u obsesiva? Tomemos como ejemplo el grupo Zara, el milagro de Amancio Ortega.
Objeto de estudio y de admiración, entiendo que una de la claves su éxito reside en la idea de un pret-à-porter o un ready to wear continuo que se renueva cada 15 días y que ofrece la novedad al cliente para calmar esas ansias de distinción ya tratadas en mi anterior artículo. Se ofrece al cliente la opción de poder acudir a la tienda y tener una tendencia entre sus manos a un precio razonable cada dos semanas prácticamente. Porque a parte de las colecciones fijas y que se mantienen cada temporada, Zara consigue llenar sus perchas con nuevas prendas añadidas dos veces por semana (aproximadamente el 50% de sus prendas).
Y ¿Qué gana Zara con esta conducta? 1º Si el producto funciona, se ampliará la tirada de prendas o se realizará para las próximas creaciones modelos similares (siempre con algún detalle nuevo, porque aunque tengas el modelo anterior... a lo mejor picas y vuelves a comprar), y sino no se volverá a ver por las tiendas nunca más. 2º Crea en la clientela una "adicción secreta" de tener que pasar por los establecimientos para ver "qué hay nuevo", que hay de tendencia...
Moda mainstream + cercanía (nº tiendas) + precio asequible = compra segura = Adicción consumista segura.
Moda mainstream + cercanía (nº tiendas) + precio asequible = compra segura = Adicción consumista segura.
Si te gusta mucho la moda, al menos te has pasado una vez a la semana por algún Zara para ver...sólo para ver, aunque no seas una consumidor/a habitual. ¿Sí o no?...Sí. Porque viendo sólo sus escaparates sabes que se lleva, al menos que se verá en la calle. Qué llevarán esos mortales que ansiosos de felicidad se conforman con un pantalón flúor por 29,95 € para suplir el vacío. Pantalones flúor que el mes siguiente serán sustituidos por otros tobilleros y con cremalleras, sospechosamente parecidos a un modelo reciente de Balmain.
La obsesión no desaparece, sólo el nombre que le pones.
Amén
La obsesión no desaparece, sólo el nombre que le pones.
Amén
muy interseante elena!!!! es verdad que tooodos tenemos una obsesión y casi siempre es la misma!! jeje!! te veo el jueves :)
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